Blog
La ira es una sensación inmediata. Es cuando reaccionas inmediatamente a algo que le molesta, sin pensar en lo que podría haberle causado y sin conciencia. Una vez más, es la conciencia en juego. Si puedes convertir una emoción negativa inmediata en algo consciente, puedes evitar la sensación de enojo. Porque siempre hay hechos más allá de los que vemos. El cerebro tarda unos segundos en pensarlo antes de que se eleve. Creo, reflexiono, entiendo lo que hay detrás de lo que me causaría ira inmediata, y espero, reflexiono, que me quede tranquilo para analizar el problema.
El odio y la ira provienen de su comprensión de que no puede lidiar con la ira. Entonces se enoja con los demás y contigo mismo por reaccionar siempre de manera inmediata y agresiva. Con esto, se acumula un mal presentimiento que se convierte en odio.
La ira surge, por lo tanto, por la falta de condición para trabajar la mente en la iluminación y de forma paciente. Y los que nos enseñan a trabajar esta virtud son los orientales. Ellos saben mejor que nadie cómo encontrar la información más interna de nuestra mente. Han sido creados para meditar, para alcanzar la felicidad total, para tener paciencia. Una mente sana libre de cólera es capaz de transformar las experiencias negativas, que podrían llenarse de ira, en actitudes positivas y pacíficas.